El diseñador logró crear un mundo mágico para una princesa de hadas. Aquí, una niña no solo puede jugar juguetes, dibujar, fantasear, sino también mantener sus "secretos y secretos femeninos" en cualquier estante, cajón o casillero.
Una vez en una habitación así, no hay duda por un momento de que un cuento de hadas cobra vida aquí, los milagros suceden y los deseos más preciados se hacen realidad. Sentimientos de felicidad, risas infantiles, misterio y misterio aparecen en cada detalle.
Fotógrafo: Sergey Pilipovich.
Proyecto: Eugene Mlynchik.